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El espionaje, como la prostitución, es uno de los más antiguos oficios de la Historia. El Antiguo Testamento es un buen documento de espionaje. ¡Moisés ya habría enviado agentes secretos al país de Canaán! Gengis Khan poseía una red que, partiendo de Mongolía, se extendía hasta el Danubio. En 1784 Montesquieu decía en El espíritu de las leyes: «Quizás el espionaje sería tolerable si pudiera ejercerlo gente honesta.» Durante la primera guerra mundial el coronel Nicolai, jefe de ios servicios secretos alemanes, se mostraba más contundente: «El servicio de informaciones sigue siendo patrimonio de hombres de pro; si se confía a otro tipo de personas, fracasa.» Cuando entraba en el despacho del almirante Canaris, siempre me interesaba por un grupo de tres monos, unas antiguas figuras orientales, que se hallaban situados sobre una mesa. Uno no oye nada. El otro no ve nada. El tercero no dice nada. La regla de oro del buen espía. 1:1 espía inglés no dice nada pero actúa. En 1939 el Servicio de Inteligencia inglés había llevado el espionaje a su perfección.
Ficha técnica
- Editorial
- Grijalbo
- Encuadernación
- Encuadernación de tapa dura
- Idioma
- Español
- Año de publicación
- 1977
- Nº páginas
- 338
- Condición
- Genial
- Edición
- 1ª Edición
- ISBN
- 8425306450