.
Cuando al pobre Ernesto le dieron en junio cuatro cates…, ¡cuatro!, pensó que el cielo se desplomaba, que se le hundía el suelo y la tierra le tragaba.
Con ese panorama, menuda perspectiva…, menudo verano le aguardaba.
Pero no fue así, que va, no señor. Y entre la Mariluji – sabihonda pero tan simpática- y Margarita, y los autobuses blandos, y sobre todo, Rufina del Bosque, menudo verano se pasó el buen Ernesto.
6874
Ficha técnica
- Editorial
- SM
- Encuadernación
- Encuadernación de tapa blanda
- Idioma
- Español
- Año de publicación
- 1995
- Nº páginas
- 95
- Condición
- Normal
- ISBN
- 9788434811232