Este clásico literario argentino, uno de los comentarios más sutiles y perspicaces jamás escritos sobre la vida en la frontera, apareció inicialmente en forma de serial. Más tarde publicado como libro, Una excursión a los indios ranqueles constituye una de las pocas obras literarias que presenta un relato vívido y testimonial de un encuentro pacífico entre los habitantes originarios del sur y aquellos que se consideran representantes de la civilización europea y de la Argentina del futuro.

Estimado por su humor y originalidad narrativa, Una excursión a los indios ranqueles de Lucio V. Mansilla es comparable al Facundo de Sarmiento y ambos se complementan. El libro de Mansilla ofrece observaciones penetrantes sobre los aspectos fundamentales del enfrentamiento entre "civilización y barbarie", así como sobre la inmigración, la diversidad racial y étnica, la propiedad privada y la tenencia de la tierra. Juan Manuel de Rosas había dominado gran parte del país entre 1829 y 1852 y a pesar de haber dirigido expediciones exitosas contra las poblaciones indígenas fronterizas, la situación de la "cuestión indígena" tras su caída del poder era problemática.

En 1869, después de firmarse un tratado de paz, Mansilla fue enviado a la tensa zona fronteriza en una misión de investigación. El coronel Mansilla, un aristócrata experimentado y culto, así como sobrino de Rosas (a quien escribió "Rozas"), fue una excepción en su época por su defensa de un diálogo abierto como la mejor solución para el "problema indígena". Eventualmente, el tratado de paz que buscaba con los ranqueles fue rechazado por el gobierno, que gradualmente estableció políticas de limpieza étnica y expropiación de tierras.

Mansilla, con un humor sutil, tituló su expedición como una "excursión", minimizando elegantemente los peligros que conllevaba y evitando cualquier alusión a su desobediencia a órdenes. Durante el viaje, Mansilla escribió una serie de cartas a un amigo que luego fueron publicadas en La Tribuna de Buenos Aires. Sus observaciones detalladas ofrecen, además de un comentario agudo y divertido, cantidades de información etnográfica, particularmente valiosa ya que poco después la mayoría de los pueblos indígenas del sur de Argentina fueron exterminados o asimilados.

Este libro, así como su participación en eventos políticos y sociales, estableció a Lucio V. Mansilla como una de las figuras dominantes de la "Generación del 1880".